Ayer se celebró en el Centro Riskal de Palma de Mallorca el V foro GECONOMIC que organiza el Gobierno Balear a través de la Intervención General y el Instituto de Estudis Autonomics.
El programa reunió a mas de trescientos funcionarios con responsabilidades en la gestión económica de las diversas Administraciones de la Comunidad Autónoma de Islas Baleares.
En mi caso, titulé la conferencia Los siete pecados capitales de la gestión presupuestaria. Se trataba de aprovechas las virtudes pedagógicas de la construcción del concepto de pecados capitales para presentar de manera desenfadada un guión con los principales vicios que los OCEX (o los tribunales de justicia) encuentras en la gestión económica del sector público.
Estas patologías han ido presentándose a lo largo de esta bitácora, con ocasión de diversas entradas. Así, podemos mencionar:
Pereza . La rendición tardía de las Cuentas Generales de los Ayuntamientos, supone el primero de nuestros pecados administrativos, que ha dado lugar a peticiones de los OCEX para sancionar los Entes morosos.
Ira. Con frecuencia, encontramos actitudes inquisitoriales de nuestras Autoridades que hacen presa de su enfado a los funcionarios que han osado creerse independientes.
Soberbia. Un ejemplo de ella son los gastos sin partida presupuestaria, que adornan la gestión sanitaria de nuestras Comunidades Autónomas. También son interesantes algunas sentencias sobre la prevaricación.
Gula. Aquí estudiamos los gastos de representación suponen un sector del presupuesto caracterizados por su amplia discrecionalidad y presentamos las conclusiones de la Sentencia del TCu en el «caso Manzano».
Lijuria. Aquí mencionamos los códigos éticos y algunas situaciones delicadas como la aceptación de regalos en la Administración.
Codicia. La avidez por obtener subvenciones hace que o siempre podamos encontrar el interés público en ellas. El caso de la fiscalización del Federación Española de Fútbol es un buen ejemplo.
Envidia. Se trata del deseo de algo que no se posee. El gerencialismo supone una filosofía para aplicar las técnicas del sector privado en nuestras Administraciones. Aquí también hay que destacar la crítica del maestro Martín Mateo.
En fin, una charla y un debate muy interesante. Como herramienta de realimentación, espero que sea muy útil esta bitácora.
Por último, no quiero terminar sin recordar las virtudes del Corregidor Perfecto que podéis encontrar en el facsimil en descarga libre, del que fue autor Lorenzo Guardiola en el siglo XVIII.
Fiscalizacion.es 
No he tenido la fortuna de presenciar la intervención de Antonio en el V foro GECONOMIC, pero sí he podido apreciar el contenido de su exposición observando la presentación que utilizó, así como dando lectura a la explicación que en este foro ha expuesto; con todo ello tengo elementos para afirmar que la finura, imaginación y exactitud en los contenidos, y en los símiles utilizados, dan lugar a que el espectador, escuchante, sea o no versado en la materia de la gestión presupuestaria, pueda obtener una visión clara y precisa de estas cuestiones. Enhorabuena.
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Por quinto año asistí a las jornadas sobre gestión económica que se organizan en Palma. (Son las ventajas de vivir en la isla)
Antonio Arias hizo su aparición bajo sospecha de “original”. El título de la conferencia, “Los siete pecados capitales de la gestión presupuestaria”, prometía.
De esta forma simpática, presentó muchos de los males de la gestión económica de nuestro sector público que, como su nombre indica: capitales, dan origen a muchos otros pecados.
Aprovechando al máximo el escaso tiempo del que disponía y haciendo gala de un envidiable dominio de la información que posee (sentencias del Tribunal de Cuentas, de los tribunales de justicia, informes de los distintos OCEX,…) Antonio ofreció una amplia visión de algunos de los problemas que ocupan y preocupan a los que trabajamos en el control del gasto público.
A mi modo de ver, el tema daba para mucho más debate y eché de menos que el ponente dispusiera de más tiempo para explayarse en las virtudes para vencer dichos pecados capitales. En el fondo, lo que buscamos son soluciones y Antonio seguro que las conoce, pero ya se sabe que estos encuentros sirven para una reflexión colectiva, un “lamernos las heridas”, una herramienta de realimentación, como dice el propio Antonio.
Mi más cordial felicitación, Antonio.
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