Algunas de las conclusiones del informe «Presente y futuro del municipalismo gallego» merecen, a juicio del diario El Faro de Vigo (decano de la prensa española) ocupar la primera plana de hoy domingo, donde encontramos un avance de las principales conclusiones.
Se trata de un completo estudio, editado hace un mes por la Escola Galega de Administración Pública, organismo dependiente de la Consellería de Presidencia de la Xunta de Galicia y del que son coordinadores Santiago Lago Peñas y Alberto Vaquero García.
El texto ha sido elaborado por un grupo de expertos vinculados al Consello de Contas y que puede descargarse en gallego. Realiza un serio análisis de las Entidades Locales desde diversas perspectivas.
Inhibición fiscal
Respecto a la situación financiera y fiscal de los municipios gallegos de menos de 50.000 habitantes, de los años 2004 y 2005 entiende que el gasto municipal medio por habitante en Galicia fue en 2005 de 655 euros, lo que representa sólo el 64,8% del gasto medio en el conjunto del Estado, que ascendió a 1.011 euros. «El factor que explica este raquitismo presupuestario es la fuerte inhibición fiscal«, concluye el informe.
Uno de los autores del estudio es el miembro del Consello de Contas, Xaquín Álvarez Corbacho, que fue el primer alcalde de O Grove en nuestra restaurada democracia, catedrático de Hacienda Pública en la Universidad compostelana donde ejerció de Vicerrector de Economía. Vamos: que sabe un güevo. Mirad como explica algunas patologías de los pequeños ayuntamientos:
«El discurso político sobre la financiación municipal en Galicia es débil e inconsistente. Se promete todo o casi todo, pero no se habla de impuestos excepto para anunciar rebajas superiores a las que proclama el adversario político. El modelo financiero del alcalde gallego es reducir los tributos y multiplicar las subvenciones (percibidas de otras administraciones). Este comportamiento carece de futuro«.
Esto explica que los pueblos gallegos sean posean los tipos más bajos de España en los impuestos de bienes inmuebles, construcción, obra o de vehículos. Sólo hay un impuesto municipal menos gravoso: el de incremento del valor de los terrenos urbanos, cuyos tipos más bajos se aplican Extremadura.
«Si los alcaldes toman decisiones fiscales que ponen a nuestros municipios a la cola de las comunidades autónomas, no pueden decir después que están asfixiados financieramente o que carecen de recursos«, recoge el Estudio.
En un análisis firmado por Antonio López Díaz, Presidente del Consello de Contas y Catedrático de Derecho Financiero, se advierte que los ayuntamientos gallegos son los menos eficientes en las tareas de recaudación de toda España y que sólo consiguen ingresar en las arcas municipales el 65% del dinero que les correspondería. La media recaudatoria en el conjunto del Estado se encuentra en el 85%, siendo Cantabria la más eficiente, con un 90%.
Personal
Respecto a la gestión de personal, el estudio encuentra que «gran parte de las entidades fiscalizadas carecen de una relación de puestos de trabajo que comprendan los puestos existentes en su organización e incluya la denominación y características esenciales de éstos, las retribuciones complementarias que les corresponden y los requisitos exigidos para su desempeño como establece la Ley reguladora de las bases del régimen local»
Además denuncia que una «cantidad importante» de ayuntamientos aprueban incrementos salariales anuales por encima de los límites fijados con carácter general y obligatorio en las leyes de los Presupuestos del Estado o que los funcionarios reciban un complemento de productividad, fijo y periódico, «sin que figure ningún acuerdo motivado del alcalde» para justificarlo.
Recordemos que la distribución lineal de este concepto retributivo -la productividad– desnaturaliza su finalidad, ya que sólo está previsto para retribuir «el especial rendimiento, la actividad extraordinaria y el interés o iniciativa con que el funcionario desarrolla su trabajo», tal como recuerda el informe.

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